KRISTA MACHETEADA II

KALI

SHI K LUNA TI K

Ha ingresado en una casa de orates. Se recluyó en un manicomio  voluntariamente, allí  ha fabricado un pequeño refugio del cual no quiere salir. Sus tíos son sus mejores guardianes, la protegen, la miman, la acarician y si pueden le hacen algún favor indecoroso. Son muy atentos con la sobrina predilecta, la más precoz, iconoclasta e irreverente de la familia.

Era una bataclana de cabaret barato, trabajaba part time. En sus horas libres so pretexto artístico, jugueteaba grotescamente desafiando a cualquiera en su afán provocativo. Todos la conocían por sus andanzas y aventuras histriónicas. Le gustaba incursionar en diferentes ámbitos del Arte del escándalo y la blasfemia. Desde pequeña causaba el pánico entre su público y admiradores. Tenía una gran calibración corporal y una extremadamente alta temperatura visceral. Hacia sufrir a los abuelos sentándose en sus piernas en sus arranques de locura y soltaduras de trenzas. Era un caso muy especial de fiebre y cólera. Nadie la soportaba y todos la querían poseer para así taparle la boca y terminar con el martirio. Siempre se mostraba como un objeto a quien tomar. Su precio era una muerte súbita y directa. Vestía como niña de telenovela buscando siempre su príncipe azul y en eso se consumió la existencia.

Mostraba las enaguas y sus labios carmesí, los dientes blancos mordían suavemente su lengua bífida al abrir la boca. Al ritmo de su seductora estupidez caminaba por la vida. Le gustaba coleccionar juguetes estrambóticos, estructuras fálicas y besar pelados en la frente en público y en privado. Nunca entendí su pasión por la divina comedia, ni tampoco sus precoces sueños eróticos, y para que hablar de sus pesadillas azules. Su vida era una suerte de artilugios y caretas.

KRISTA SANGRANTE